Igual que aprendiste a montar en bicicleta o a conducir, usar lentes de contacto lleva su tiempo y práctica. Aquí te damos una guía rápida pero completa para que te sientas más cómodo con el tema.
Cómo ponérselos
1. Limpieza de manos: Antes que nada, lávate las manos con agua y jabón. Usa toalla de papel para secarlas. Evita toallas de tela que puedan dejar residuos.
2. Ambiente: Asegúrate de estar en un lugar con buena iluminación y un espejo grande. Esto facilitará todo el proceso.
3. Verificación del lente: Inspecciona cada lente para asegurarte de que no tenga rasgaduras o depósitos. Además, comprueba que no esté al revés.
4. Aplicación: Abre bien los párpados con tus dedos y coloca el lente suavemente en el ojo.
5. Ajustes: Una vez en el ojo, parpadea varias veces y asegúrate de que el lente esté centrado. Si sientes alguna molestia, retira el lente, límpialo y vuelve a intentarlo.
Cómo quitárselos
1. Limpieza de manos: Repite el proceso de lavado de manos.
2. Ambiente: Al igual que para la inserción, asegúrate de tener un buen entorno.
3. Posición frente al espejo: Colócate de manera que puedas ver claramente tus ojos.
4. Sujeción de párpados: Utiliza una mano para sujetar el párpado superior y la otra para el inferior.
4. Retiro del lente: Desliza el lente hacia la parte blanca del ojo y pellízcalo suavemente para sacarlo.
Cuidados básicos
Limpieza del estuche: Limpia el estuche con agua jabonosa tibia al menos una vez a la semana. Acláralo bien.
Cambio de solución: Nunca reutilices la solución y cambia el estuche cada tres meses.
En caso de molestias: Quita los lentes inmediatamente si sientes irritación y consulta con un especialista.
Consejo de mantenimiento
Asegúrate de usar colirios recomendados y deséchalos después de 30 días de uso para mantener la higiene ocular. Utiliza únicamente solución salina estéril para limpiar tus lentes y asegúrate de mantener las uñas cortas para evitar cualquier accidente al manipularlas. Además, es aconsejable tener un par de lentes de contacto de reserva en caso de emergencia. Estas precauciones ayudarán a mantener tus ojos sanos y evitar posibles complicaciones.
Qué no hacer
Nunca duermas con ellos puestos y evita nadar o ducharte mientras los llevas puestos para prevenir infecciones. Además, nunca los limpies ni los humedezcas con saliva o agua del grifo, ya que pueden contener gérmenes y bacterias perjudiciales para tus ojos.
Una vez que le pillas el truco, entenderás por qué tantos prefieren lentes de contacto sobre gafas. Ahora ya sabes lo básico para empezar tu experiencia con los lentes de contacto.